Lasciate ogne speranza voi ch'intrate

Lasciate ogne speranza voi ch'intrate

“Han venido a presenciar el Principio.
El renacimiento del Paraíso, destruido por el género humano.
Recuérdame, y tu autentico yo también. Y en lo que debes convertirte.
En la que nos conducirá al paraíso con las manos manchadas de sangre...”

jueves, 10 de octubre de 2013

La máscara del alma.

Se contempló frente al espejo observando sus oscuras y dilatadas pupilas y buscó, buscó en lo más profundo de su alma, navegando entre sus entrañas por esa ventana secreta hacía  un lugar tan íntimo y efímero, donde solo uno mismo puede acceder. Y en un momento de absoluta concentración se vio, se manifestó a sí misma al otro lado, tan real, tan pura, tan sublimemente auténtica…

Su reflejo no era la supuesta imagen de una mujer bella, su reflejo era totalmente aterrador. Su alma era oscura y fría, y al igual que su reflejo yacía podrida. Entre la repulsiva putrefacción, gusanos danzaban en una danza macabra consumiendo su esencia y absorbiendo su alma.

Lo que vio no le gustó, más bien le sorprendió, pues por una vez en toda su vida, se deshizo de todas sus máscaras, desató las fantasmales cuerdas que la envolvían, se quitó la soga que la estrangulaba y así desnudó su alma frente al reflejo del espejo y comprendió, que su verdadera naturaleza era algo innegable, intangible, pero tan tentador y fascinante que se amó y se regocijó en sí misma. Se hizo el amor hasta llegar a ese punto de éxtasis en que sus ojos se emblanquecieron y entonces rozó, rozó con las puntas de las uñas el espejo, produciendo un leve chirrido tan estridente, que se estremeció. Clavó sus uñas como si estuviese desgarrando su propia carne y como si de acero fuesen, se hundieron en el espejo y este lloró, lloró lágrimas de sangre caliente con sabor férreo. Y las yemas de sus dedos rozaron el espejo, tan gélido, tan impío…

Su oscuridad la poseyó y libre de ataduras, ella se entregó en sacrificio propio, anhelante, decadente hacía su destino.

Entonces algo, ella, algo que formaba parte de ella y yacía en su interior se intensificó, extrajo su brazo y la agarró fundiéndose en su interior. Fusionando su imagen y semejanza en un solo yo.

Después sus pupilas se contrajeron en una mirada lasciva de ojos hostiles, penetrantes e hipnotizadores. Creando un nuevo ser, un nuevo reflejo, ¿una nueva máscara?...

 Tu fui, ego eris...


Título: La máscara del alma
Fotografía y Edición: Ray Adam
Modelo: Kel Báthory
Texto: Kel Báthory
Copyright ©2013
Por: Kel Báthory

5 comentarios :

  1. Muy bueno el texto. El "espejo del alma"

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  2. Estremecedor manera de desnudarse a uno mismo. Sentirse acabado y reinventarse en un momento crucial para convertirse en otro, en uno mismo, para afrontar los problemas.
    Genial, Raquel.
    Saludos.

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  3. Precioso texto, macabro y oscuro, pero intenso y limpio. Me encanta leerte, tienes una perspectiva muy especial del interior personal y lo decoras con bellas palabras.
    Es un placer sentir tus escritos.

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras cielo ;) ¡Un besazo enorme!

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