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martes, 18 de febrero de 2014

Serie Artística Doppeltgänger por M.I.E.D.H.O.


 “Cuando el arte muere, queda inmortalizado para siempre”
Bruno Van Tysch (Somoza).

Así nos lo decía el artista hiperdramático Bruno Van Tysch, uno de los personajes de la novela de Clara y la penumbra de José Carlos Somoza. En un mundo donde el llamado arte hiperdramático convierte a los seres humanos en lienzos imprimados, vacíos, borrados y listos para ser no solo pintados y colocados, sino preparados y sometidos psicológicamente para sentir el sentimiento que el autor ha querido pintar y con ello, transmitir dicho sentimiento a través y desde la propia obra hasta el observador. Estas esculturas de arte humanas, se exhiben inmóviles como estatuas y posan durante interminables horas tras la expresión y emoción que ha proyectado su autor. Además de ser vendidas o alquiladas  por los coleccionistas.
 
Podría parecer una locura de mundo, sin embargo, en un mundo loco como este, la locura es una fina línea que está tan solo a un paso. ¿No os parece?

El artista Iván Miedho se inspira en parte de este mundo para su serie artística Doppeltgänger. En estas obras se imprime a sí mismo vaciando su esencia para crearla de nuevo, a través del doppelgänger, reflejando ese doble que todos tenemos y camina a nuestro lado omnipresente, ese gemelo malvado fruto de una máscara más y tras el producto de todas las que somos. Representa ese sentimiento oculto que se esconde en cada una de las caras de un todo. Dicen que ver a tu doppelgänger, augura tu propia muerte.

En Doppeltgänger, Miedho usa como lienzo su propio cuerpo, pintando bajo tonos dorados la representación simbólica de su gemelo malvado, tras una mirada celeste de ojos hostiles, nos presenta su doble fantasmagórico.

La serie artística pasa por las diferentes fases que conlleva el proceso de creación, a través de la pintura acrílica sobre el lienzo y seguido por la fotografía del modelo que ha sido pintado sobre sí mismo. Y finalmente fusionando lienzo y lienzo humano bajo una unión, a través de diversas herramientas de digitalización.

Con este texto inspirado en Clara y la penumbra de mi preciado Somoza, os presento algunas de las fotografías de la serie Doppeltgänger.

Cuando el arte muere, queda inmortalizado para siempre.
Bruno Van Tysch
 (Somoza).

Cuerpos desnudos posan frente mis ojos.
 Yacen completamente inmóviles,
 pintados al óleo e inmortalizados,
 bajo una obra de arte.

Desde cierta distancia cualquiera diría que es una obra común.
Pues tan solo al acercarte varios metros,
te percatas de que las criaturas que se encuentran tras del marco,
 son reales,
 son humanas.

Sus cuerpos desnudos permanecen en plena quietud,
 y son delineados con brillantes oleos,
 que dibujan en sus cuerpos perfectas líneas.
Líneas en fibrosos músculos,
 que remarcan sus siluetas.

Yacen estirados en distintas poses,
 tensos,
 pétreos,
 percibiendo el leve movimiento de sus respiraciones,
 y sin parpadear.
 Como muertos criogenizados,
 que aguardan su despertar.

Sus cristalinos ojos,
visualizan diversos sentimientos.
Acompañan las paralizadas expresiones de sus caras,
 fruto del reflejo de la obra a la que pertenecen,
 y a gusto del autor.

Al acercarte más a ellos,
percibes los aromas que desprenden.
 Brotan como orquídeas desde pieles perfumadas,
con aromas tan agradables,
como nauseabundos.

Viven dentro de un cuadro,
 representando lo que el autor ha querido plasmar,
 y ha enseñado a sentir.

Son obras de arte humanas que viven vacías,
 esperando a ser rellenadas.
Llamadas por sus autores lienzos,
 imprimados y listos para ser dotados de arte.

Son fruto del arte hiperdramático.
Donde los artistas pintan obras de carne humana,
 creando mundos sobre pieles desnudas.

Autora: Kel Báthory

ALGUNAS OBRAS DE LA SERIE ARTÍSTICA DOPPELTGÄNGER
                                   DOPPELTGÄNGER                                                                    REGNÄGTLEPPOD
       DOPE S
                                                                       
Saludos, Miedhosos...
Por: Kel Báthory

2 comentarios:

  1. Puedes escribir, hacerlo medianamente aceptable y después estás tú. Creas arte con las palabras.

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    1. Qué bellas palabras... muchas gracias, solo por esto, merece la pena escribir.

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