Cuando vi que salió este título me emocioné, empecé a pensar en todos los libros que tenía sobre mujeres criminales asesinas. Pero no tomé en cuenta ese último punto “asesinas”, en el título ya nos avisan, seis mujeres criminales pero no por ello tienen que ser asesinas, tan solo cometer crímenes, no tienen por qué asesinar y ese creo que fue mi primer error, emocionarme con lo que no era. No sé si exactamente me entendéis o soy yo sola la que se está haciendo un lío.
Dicho esto empecé a leer el libro con una idea en la cabeza de lo que no era.
La primera criminal que nos encontramos es Madame Sarah Rachel Leverson y esta mujer se convirtió en criminal por estafar a montones de mujeres con sus milagrosos maquillajes y sus terapias de aguas termales. La verdad es que esta mujer era una muy buena vendedora de humos, convencía a sus clientas con que sus potingues y fórmulas mágicas aseguraban juventud y belleza garantizada y luego las exprimía todo lo posible hasta dejarlas completamente endeudadas. El negocio le fue de lujo hasta que se inventó una movida con una clienta a la que supuestamente estaban cortejando, pero cuando vino lo inevitable y la verdad salió a la luz, descubrieron todas sus mentiras y que lo que en realidad quería era arruinar a esa clienta.
La segunda criminal es Alice Perrers básicamente esta mujer era una criminal porque embaucó a el rey Eduardo III de Inglaterra y se convirtió en su amante y cuando estuvo en dicha posición empezó poco a poco a enriquecerse y a desplumarlo con todo lo que podía. Era llamada la Dama del Sol por petición del Rey.
De tercera criminal tenemos a Lady Ivie una niña bastante agraciada a la que su padre casó con el Señor Ivie a una edad no muy temprana. Su marido se casó con ella pensando que tenía una buena dote y la realidad es que no tenía ni un duro, el marido al saber esto pensó que así apreciaría más el dinero, pero no fue el caso, se dedicaba a gastar y despilfarrar todo lo que podía y más. Al final como en esa época el divorcio era algo muy complicado y lo que exigía Lady a su marido era más y más cosas, estuvieron de juicios y al final consiguieron llegar a un acuerdo mutuo, porque básicamente lo que quería esta mujer era dejar pelado a su marido, que de alguna forma había sido estafado al casarse con ella. Después de la muerte de su marido y nuevamente casada, esta acabó convirtiéndose en una falsificadora de bienes.
Y para que esta reseña no se alargue demasiado y no destriparos todo el libro, os digo los tres nombres de las tres restantes criminales, pero no os las voy a resumir.
La cuarta es Frances Howard, condesa de Somerset, la quinta es Jane Webb y la sexta y última se trata del misterio de Balham.
.
La verdad es que este libro por lo que he dicho antes no me ha terminado de gustar y se me ha terminado haciendo pesado. ¿Y a vosotros que os parecen? ¿Os interesan estos casos?