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domingo, 19 de febrero de 2012

La Dama Número Trece de José Carlos Somoza.

Esta noche quiero hablaros de un autor que estoy leyendo últimamente. Sus libros me enganchan y me apasionan de tal manera, que ningún otro autor ha conseguido superar.

Todo empezó a mis 14 años, por aquel entonces ya me gustaba escribir mis pequeños y principiantes textos, pero la lectura no terminaba de gustarme.

Él error que yo comprendí, es que en el instituto nos obligaban a leer libros que normalmente no tenían ningún interés para mi, libros que terminabas de leer y sentías que no te habían aportado nada y otros que se hacían tan tremendamente aburridos que tardabas semanas en terminar, junto a esa sensación de obligación de leer algo que realmente te desagrada mires por donde mires.

Entonces un día, una antigua amiga mía muy aficionada a la lectura y que sabías más o menos mis gustos personales, me recomendó un libro que según ella me encantaría.

La verdad es que estoy muy agradecida de que me lo recomendase y sin duda alguna no se equivoco en su suposición.

Acostumbrada a leer libros que no pasaban de las 200 páginas, tenía ante mi un libro de unas 400 páginas que lanzándome al vacío decidí leer.

Entonces descubrí no solo que la lectura era un inmenso placer que yo desconocía…

Pasaba sus páginas absorbida en aquella novela que me atrapó desde el primer hasta el último capítulo haciendo de si un libro tan ameno que sus 400 páginas me resultaron escasas y que leí en tiempo record.

Gracias al libro La Dama Número Trece, aprendí a amar la lectura, me enamoré de ella.
Descubrí el placer de estar atrapada en una novela, de vivir, sentir y ver a través del personaje descrito. Por que este libro te atrapa, te absorbe, hace que devores hoja tras hoja para saciar el suspense de cada capítulo, para sentir el terror que viven los personajes y el misterio de dicha dama.

Gracias a este libro a día de hoy soy una apasionada de la lectura, pues hizo que descubriese que había un inmenso mundo paralelo e inexplotable, oculto entre letras, al que los escritores nos transportan.

Ahora mismo ya he perdido la cuenta de todos los libros que he leído, algunos más buenos que otros pero todos me han hecho sentir experiencias inolvidables.

Aunque siempre estará en la cima de esa inmensa lista, este libro, ese libro que me hizo amar la lectura, que dejo ante mí un mundo por descubrir y que para mí, al menos hasta hoy y por encima de grandes escritores sigue siendo mi libro favorito.

La Dama Número Trece que como nota curiosa, nombra a uno de sus dos protagonistas con mi nombre de pila. (Curioso es el destino).

Sin más dilación os presento el libro.



Título:La Dama Número Trece
Autor: José Carlos Somoza
Editorial: Debolsillo
Colección: BestSeller
Género: terror, misterio
Nº de páginas: 453 págs
Precio: 8,95 €

Sinopsis:

Salomón Rulfo, profesor de literatura en paro y gran amante de la poesía, sufre noche tras noche una inquietante y aterradora pesadilla. En sus sueños aparece una casa desconocida, personas extrañas y un triple asesinato sangriento, en el que, además, una mujer le pide ayuda desesperadamente. Por este motivo, Salomón acude a la consulta del doctor Ballesteros, un médico que le ayuda a desentrañar el misterio de los sueños y le acompaña en lo que se convertirá en un caso mucho más terrible y escalofriante que cualquier fantasía: el escenario del crimen es real y la mujer que pide socorro a gritos fue realmente asesinada.

En compañía de una joven de pasado enigmático, el doctor y un ex profesor de la universidad con el que mantiene una relación compleja, Salomón se adentrará en un mundo donde las palabras y la poesía son un arma de gran poder. En ese mundo, habitan las doce damas que controlan nuestro destino desde las sombras... o ¿son trece brujas?

Con "La dama número trece" el autor hilvana con destreza y elegancia una fascinante historia de intriga, en la que se desafía la inteligencia y fantasía del lector.

Podéis leer aquí un adelanto de La Dama Número 13 en pdf.


Sobre el autor José Carlos Somoza.

José Carlos Somoza nació en La Habana en 1959, es psiquiatra y vive en Madrid. Es autor de las novelas Silencio de Blanca (Premio La Sonrisa Vertical 1996), La ventana pintada (Premio Café Gijón 1998), Cartas de un asesino insignificante (1999) y Dafne desvanecida (finalista Premio Nadal 2000).

Ha escrito además la novela corta Planos (accésit Premio Gabriel Sijé 1994), el guión radiofónico "Langostas" (Premio Margarita Xirgu 1994) y la pieza teatral "Miguel Will" (Premio Miguel de Cervantes de teatro 1997), estrenada en el Festival de Almagro y en el Teatro de la Comedia de Madrid, La caverna de las ideas, ZigZag y La llave del abismo (Premio Torrevieja 2007).

Espero que hayáis disfrutado de esta entrada y os animéis a leer algún libro de este autor.
Podéis ver todos sus libros en la página  web de José Carlos Somoza.

Noches Sangrientas

Por: Kel Báthory

domingo, 5 de febrero de 2012

R.I.P. pequeña Cori.


Esta mañana al despertarme he visto como la cabecita de Cori caía medio fuera de su casita y al cogerla con la mano he visto que mi pequeña ratoncita Cori, había muerto…

Es realmente triste que del día a la mañana este pequeño ser haya desaparecido, dejando con ello muchos recuerdos en estos dos años de vida y a Negri solo, el último superviviente de esta familia de 5 roedores que yo cuidé desde nacieron.

Es curioso como las cosas pueden desaparecer del día a la mañana, sin que te lo esperes y es ahí cuando más te das cuenta de aquello que poseías...

Solo espero que no haya sufrido mucho, allí donde este o donde no este…

Recordemos por última vez a nuestra pequeña roedora.

Era realmente tierna y adorable...

R.I.P pequeña Cori...

sábado, 4 de febrero de 2012

Presentación en Fnac de Las historias de terror del Libro rojo de David.

Ayer por la tarde asistí a la presentación del libro de Las historias de terror del Libro rojo de David que hicieron en el Fnac de Valencia.

Fue una charla realmente amena, agradable y cercana con el escritor José María Plaza y la ilustradora Medusa Dollmaker.

Lo más llamativo fue que durante la charla y entre ella sonaba una curiosa música de acompañamiento un tanto melancólica y romántica, donde cantaban de una forma realmente curiosa varias canciones formadas con letras extraídas de varios cuentos compuestas especialmente para este encuentro.

Después de ello y para finalizar a por las firmas de estos autores tan encantadores.

Os dejo con las fotos realizadas por E. Martin Borja Fotografía.

Aquí mientras me firmaba el escritor,
con el que conversé varios minutos
y al que fue un placer conocer.

Medusa la ilustradora
con su simpatia y radiante belleza.

Fotos: E. Martin Borja Fotografía.


Las historias de terror del Libro rojo de David.


En estas 19 historias descubrimos un tatuaje que cambia de lugar, una gata celosa y vengativa, un amor capaz de unir dos épocas, un MP3 asesino… Para ello José María Plaza se apoya en la tradición del terror: las leyendas de Bécquer, la mirada inquietante de E. Allan Poe o los fantasmas de M. R. James.


Autor: José María Plaza.
Ilustradora: Medusa Dollmaker.
№ páginas: 360
Tamaño real: 20,5 x 13 cm
PVP: 15,90 €

Las primeras referencia a este libro aparecen en la serie Los Sin Miedo, donde David, uno de sus protagonistas, encuentra un manuscrito antiguo en casa de su abuelo.

José María Plaza.

Nació en Burgos. Ha trabajado como periodista de cultura y educación durante muchos años en Madrid. Ahora se dedica a viajar y a escribir libros. En 1995 quedó finalista del premio Edebé con su primer libro, “No es crimen enamorarse”, que figura en la lista de Honor del CCEI, y desde entonces ha publicado más de 40 títulos. Entre ellos, “Mi primer Quijote”, un best-seller traducido al coreano, árabe, chino y japonés. En algunas universidades de Japón, “El paranguaricutirimícuaro que no sabía quién era” o “Papá se ha perdido” son los primeros libros de lectura para los estudiantes de español. Ha realizado cuatro antología de poesía para niños y adolescentes.


Espero que os haya gustado esta entrada.
Besos Sangrientos
Kel Báthory

Belleza Enfermiza.

Este es el relato que presenté hace tiempo para el concurso de relatos cortos de Alan Wake. Espero que os guste.

Belleza Enfermiza


Apenas recuerdo como llegué a este estado. Mi pasado se funde borrosamente en mi memoria. Pero mi enfermedad no fue hereditaria, eso es lo único que no ha querido olvidar mi enfermiza mente ya perturbada por la soledad.

El cansancio hace que mi cuerpo se encoja mientras yo me retuerzo de dolor y mi estómago hambriento clama saciarse.

Acaricio mi agrietado y viejo rostro plagado de cicatrices y siento como algunas arrugas empiezan a despegarse, dejando al descubierto mis músculos donde nuevamente crecerá otra piel que al cabo de los días se ira oscureciendo, envejeciendo, agrietando, llenándose de cicatrices que se pudrirán hasta salir nuevas arrugas que volverán a despegarse y comenzar nuevamente su proceso.

Lo peor es que no es solo mi rostro el que aguanta dicha mutación, transformación o como queráis llamarlo, sino todo mi cuerpo.

Y el peor momento es cuando no tengo más remedio que arrancarme los pedazos que me quedan de piel, clavando mis uñas en la mullida masa de músculos y sangre, hasta quedarme en carne viva, esperando que me vuelva a crecer. Sin duda esos días son los más dolorosos. Poco a poco mi cuerpo va creando nuevamente la estructura de una piel muy débil y clara hasta ganar el volumen necesario.

Pero nada hay más dolorosos que la soledad y el paso lento del tiempo, envuelta por estas cuatro paredes de una vieja casa mugrienta y ruinosa, no precisamente en buenas condiciones. Sin luz, sin agua y con solo un viejo colchón en el húmedo suelo lleno de sangre, suciedad y los flujos viscosos causados por mi enfermedad.

La mayor parte del día la paso durmiendo en la oscuridad, porque el hambre y el cansancio no me dejan para más y cuando veo que los luminosos rayos de luz que penetran por las roturas de las persianas y agujeros rotos de la casa van oscureciéndose, me preparo para salir a esas callejuelas bañadas por la luz de la luna.

Me levanto cansada y hambrienta, mientras débilmente me acerco al viejo espejo partido de la habitación y observo la abominación de ser en la que me he convertido.
Dependiendo en la fase en la que esté mi aspecto suele ser más o menos repugnante.
Incluso llego a una fase en que puedo resulta hasta normal: luciendo una blanca melena, lisa y larga; con unos preciosos ojos azules que permanecen inalterables.

Me adentro sin hacer ruido por las calles, vistiendo una túnica con capucha, negro azabache de seda, que cae acariciando mi cuerpo desnudo. Mientras deambulo entre sombras voy dejando pisadas ensangrentadas, cual dulce aroma de sangre carmesí.
Suelo vagar varias horas hasta encontrar una buena presa con la que saciar mi hambre y volver a sentirme viva. Y dependiendo de la noche; ya con las fuerzas adquiridas… empezar una divertida cacería.

Pero aquella noche, pude divisar una autentica pieza de coleccionista, una joven de una auténtica belleza áurea echada en un viejo banco de un parque abandonado.

Sus cabellos oscuros y ondulados caían sobre sus hombros como caracoles deslizándose un día de lluvia sobre la húmeda hierba. Aquella pálida piel a la luz de la luna parecía completamente bañada en crema, mientras su delgado cuerpo lucia un viejo vestido arrugado verde esmeralda.

Me posé delante de ella contemplado cada centímetro de su piel, mientras mi hambre y sed de sangre me hacían hervir de excitación. Hasta que mi respiración agitada terminó despertando aquella muñeca, que abrió suavemente sus ojos, levantando sus delicados párpados y dejándome apreciar sus preciosos ojos verdes de mirada triste y perdida.

Sentí que en ese segundo, tuvo compasión hacia mi ser, pero antes de que pudiese transmitirme cualquier sentimiento más, mi ansia me había empujado a morder ese suave cuello, arrancándole de cuajo los pedazos de carne que tan deliciosamente digería, llenado mi estomago y sorbiendo cada gota de sangre fresca para apagar la inmensa sed de sangre que había tenido durante el largo día de sueño.

Después de lamer el cuerpo entero y arrancarle cada trozo de piel a mordiscos, masticando la deliciosa carne humana, mientras la sangre se resbalaba sobre mis labios hasta llegar a la pieza clave de su cuerpo, excavando entre sus entrañas.

Y allí estaba, tan perfecto y puro como su portadora, el corazón. La pieza más deliciosa de mi banquete, que devoré en cuestión de segundos terminando de calmar mi gula, apoderándome por completo no solo de su vida sino también de su alma.

Aún recuerdo la siguiente noche en la que me levanté y contemplé en mi cuerpo el cuerpo de aquella joven, cuya existencia, esencia y sublimidad había devorado.

Lo peor de esta enfermedad, no son las fases, la cacería de cada noche o el tener que saciar mi hambre.

Es ver como envejezco, me consumo una y otra vez, aun poseyendo la belleza más pura y áurea. La cual después de consumir, me abandona nuevamente cayéndose a pedazos hasta terminar siendo siempre lo mismo, una abominación, un desecho, un repulsivo ser de enfermiza belleza.

Autora: Kel Báthory

También podéis descargar el archivo gratis en pdf en bubok.
http://www.bubok.es/libros/189406/Belleza-Enfermiza