Susurros en las paredes, musitan tu nombre.
Y mis monstruos gritan alto, para que no los escuche.
Pero como si de un laberinto se tratase, y tú, el tesoro al que hallar,
yo distingo tu nombre entre la multitud.
Te escucho y te veo, te veo igual que te vi en el laberinto de la vida,
y al verte supe, que ya formabas parte de mí.
Yo sangro por ti, y sangraré en las 666 formas que puedan existir…
Pero sangraré a tu lado hasta morir.
Pues con la última gota de mi sangre, sellaré el último suspiro de mi vida,
cuya última imagen, será la misma que vi, el primer día en que empecé a vivir.
Y es justo que así sea, con la misma, con la que muera.
Dedicado a Ray Adam de Kel Báthory
Y mis monstruos gritan alto, para que no los escuche.
Pero como si de un laberinto se tratase, y tú, el tesoro al que hallar,
yo distingo tu nombre entre la multitud.
Te escucho y te veo, te veo igual que te vi en el laberinto de la vida,
y al verte supe, que ya formabas parte de mí.
Yo sangro por ti, y sangraré en las 666 formas que puedan existir…
Pero sangraré a tu lado hasta morir.
Pues con la última gota de mi sangre, sellaré el último suspiro de mi vida,
cuya última imagen, será la misma que vi, el primer día en que empecé a vivir.
Y es justo que así sea, con la misma, con la que muera.
Dedicado a Ray Adam de Kel Báthory
Por: Kel Báthory
Impresionante despliegue de imágenes macabras que regala este escrito, Raquel.
ResponderEliminarTe felicito.
Saludos.