Primera colaboración con la editorial Dilatando Mentes. Ya tenía ganas de conocerla porque me habían hablado maravillas de ella, sus historias y sus ediciones. Y este libro me lo recomendó un amigo lector que conoce por donde van mis gustos lectores, después leí en la contraportada:
“Original y conmovedor”. Jack Ketchum autor de La chica de al lado.
Y entonces me dije, si mi nuevo escritor favorito dice eso de una novela, hay que ir a por ella. Y así y gracias a Dilatando Mentes, llegó a mis manos.
Lo primero que me sorprendió es que el libro es bastante fino 108 páginas, nunca me fijo en el número de páginas hasta que me llega y aunque no desdeño los libros por su número, todo hay que decirlo, se trata de una novela corta.
Después efectivamente la edición de Dilatando Mentes me maravilló. La primera y la última hoja están plagadas de moscas, muy acorde al título y al contenido de la novela. Y al principio de cada capítulo otras moscas nos van acompañando en el camino, hasta llegar a la aparición de unas larvas. Son pequeños detalles que a mí me encanta ver en mis aventuras literarias.
De la historia no os quiero desvelar mucho, porque se hace intensa pero corta.
Nuestro protagonista se llama Denny y tiene 12 años. Hace mucho que perdió a su padre, vive en un barrio pobre y acaba de morir su madre, una mujer borracha que no le prestaba demasiada atención.
Me sorprendió que la historia estuviese contada en presente de primera persona. Al principio me pareció extraño, no estoy muy acostumbrada a leer así y no suele gustarme demasiado cuando lo hago, sin embargo cuando entiendes la novela y lo que te intenta transmitir, comprendes, que debía ser contada así. Denny conecta de una forma tan cercana y directa con el lector, que empatiza desde el primer momento en el que lo conoce.
Por otro lado su historia gira alrededor de un concurso de deletreo en el que quiere participar en la escuela, se arrepiente mucho de no haber tenido del valor de hacerlo el año pasado, se ha preparado mucho para ganar este año y no va a dejar que nada ni nadie le impida cumplir su objetivo.
A primera vista parece una trama bastante banal y sencilla, en verdad puede que lo sea, o no. Porque aunque los acontecimientos giran entorno hacia este deseo, el camino que debe recorrer es un camino, triste, melancólico, cruel, duro, injusto, pero realista y bajo toda esa capa de mugre a la que algunos llaman vida y niños de 12 años llamados Denny deben ser más maduros de lo que deberían, se pueden vislumbrar pequeñas luces, mosquitas de esperanza, alguna persona buena y quizá un posible futuro.
Debo decir que aunque estoy acostumbrada a leer todo tipo de lecturas, duras y de cualquier subgénero de terror, esta historia tiene algo crudo que te encoje el corazón. Conmigo lo hizo (que ya es decir...) sentí toda esa depresión de la pobreza, la soledad, a pesar de que nuestro pequeño protagonista tiene un valor admirable y entrañable, es una novela que como bien a dicho Ketchum, te conmoverá y te llegará al alma.
PD: No la recomiendo leer en estado de tristeza, depresión o sus derivantes, porque si eres o estás sensible, te hincharás a llorar. (Por suerte yo no lo soy, sensible.)
ISBN: 978-84-124174-6-3
Encuadernación: rústica
Tamaños: 15 x 23 cm
Ha perdido a su padre, y ahora acaba de perder a su madre (siempre sumida en un constante estado de embriaguez). Su familia es pobre, ni siquiera ha montado en un coche en más de un año, e Ingrid, la perra de la familia, ha estado expuesta a tanto humo de cigarrillo que su pelaje hace tiempo que dejó de ser blanco.
Denny lleva un año arrepintiéndose de no haber participado en la última edición del concurso de deletreo de su escuela. Esta vez, Denny, cueste lo que cueste, va a participar en ese concurso de deletreo y, además, está decidido a ganarlo. Y ni tan siquiera la muerte de su madre va a impedirle alcanzar su objetivo.
Una trágica historia de madurez con dosis de horror social y drama en el marco de un caluroso verano de Nueva Orleans.